domingo, 29 de junio de 2008

CUANDO LA PALABRA HIERE

Muchas veces el ser humano tiende a reaccionar sin meditar con la idea equivocada sobre las palabras, muchos dicen: las palabras son de aire y en el viento se van, pero en realidad una palabra mal dicha puede ser fatal.

El Dr. Castañón Gomes ha dedicado muchos años de estudio al efecto que las palabras tienen en el cerebro humano y ha logrado mediante ciertas tomografías ver que las palabras y los recuerdos tienen un lugar físico en el cerebro dejando huellas y hasta heridas, entonces ¿Qué tan pasajeras son las palabras?

En la historia que cuneta sobre una niña que se vuelve alcohólica por la una frase maldicha por su padre, nos da a pensar que esta frase actúa incluso como una forma de programación en nuestras mentes, creando traumas que no se desvanecen sino que permanecen latentes y se arrastran a lo largo de la vida, así puede incluso afectar en la conducta del ser humano y derivar en grandes trastornos. Varias personas que tienen ciertos problemas de aprendizaje o de conducta se debe a que en su infancia han sido maltratados emocionalmente con palabras que los hicieron ya sea agresivos o tímidos.

Muchos entendidos en informática, nos dicen que la mente funciona como una computadora y que las palabras son claves y códigos que hacen que nuestro cerebro se programe de una manera u otra.

Hay mitos que nos dicen que la palabra tiene poder, par muchas de la culturas del mundo ha sido una parte fundamental dándole cierto poder sobre todo lo que nos rodea, incluso se han escrito libros de ciencia ficción que nos hacen ver el poder de la palabra, historias que pasan desde la maldiciones escritas en las pirámides de Egipto, profecías en aymará que hacen que tu mente se bloquee, hasta las famosa palabras mágicas de Harry Potter.

No es solo el cerebro que reacciona ante las palabras, se ha dicho que el agua cambia su estructura según la palabra que se le diga, entonces cuanto más efecto puede haber sobre la mente humana?. Muchas veces como personas decimos cosas desagradables a las demás personas al punto de lastimarlas y pensamos que luego con un lo siento todo puede cambiar y que da olvidado, pero no es así.

Muchas de las relaciones ya sean de familia, de pareja, de trabajo mejorarían si nuestro cerebro reaccionara mas rápido que nuestra lengua y pensáramos antes de hablar, y en contraste muy pocas veces nos detenemos a decir lo mucho que queremos a la gente que nos rodea o lo bueno que son para algo, lo mejor sería que aprendamos a manejar bien nuestras palabras, lo que decimos y como, lo decimos.

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